Este martes 30 de enero hemos celebrado en el Yanguas Messía el DÍA ESCOLAR DE LA NO VIOLENCIA Y LA PAZ. Como coordinadora del programa Escuela Espacio de Paz, la maestra María creó y planificó diversas actividades a realizar por nuestro alumnado durante el día de ayer utilizando unos ingredientes que garantizaban el éxito de esta efeméride. Mezcló la paciencia, el diálogo y el respeto para alcanzar la Paz y lo hizo a través un cuento infantil, de pomperos mágicos, de una coreografía que llevaba la música de Michael Jackson y de Palomitas de la Paz, como hemos dicho, el éxito estaba garantizado.
Niños y niñas comenzaron la mañana completando el mural de la Paz con las Burbujas de los Deseos. Una vez el mural estaba completo, y finalizado el recreo, se procedió a la presentación del el acto donde se leyó el cuento del Pompero Mágico, escrito por la seño María, y que daba sentido a todas las actividades que había organizado.
Tras la lectura del cuento comenzó la escenificación en el patio de nuestro DESEO DE NO VIOLENCIA Y PAZ. Según se iba desarrollando la coreografía, en el colegio se creaba una atmósfera de armonía y concordia que era lo que pretendíamos, con la esperanza, con el deseo de contagiar esta atmosfera y alcanzar todos los rincones del planeta.
Enhorabuena maestra María!!! La actividad creada para la ocasión ha estado cargada de EMOCIÓN e ILUSIÓN!!!
Ah! Para finalizar quedaban... las PALOMITAS DE LA PAZ!!!
Y no olvidéis que LA PAZ SE CREA CON PACIENCIA, DIÁLOGO Y RESPETO.
Cuento "El Pompero Mágico".
Érase una vez, en una escuela no muy grande, una niña llamada Luna, que vivía con su familia en una casa cerca del colegio. Luna era una niña buena y simpática, pero a veces se sentía sola y triste. No tenía muchos amigos en el colegio y tampoco podía jugar con los otros niños, pues todos eran muy diferentes y no se llevaban bien.
En el colegio había niños y niñas de distintas capacidades, habilidades y necesidades. Había niños y niñas con discapacidad física, intelectual, sensorial o psíquica. Había niños y niñas con altas capacidades, talentos o creatividad. Había niños y niñas con dificultades de aprendizaje, de atención o de conducta. Todos se ignoraban o se burlaban de los demás, pues no se entendían ni se respetaban.
Un día, Luna encontró un pompero en el patio. Era un pompero muy especial, pues tenía un líquido de color dorado que hacía burbujas mágicas. Luna sopló el pompero y vio cómo las burbujas salían volando por el aire. Eran unas burbujas preciosas, que relucían con el sol y tenían formas de letras, números y símbolos.
Luna se divirtió mucho jugando con el pompero, pero pronto se dio cuenta de que las burbujas tenían un poder extraordinario. Cada vez que una burbuja tocaba a alguien, le llenaba de paz y comprensión. Luna decidió usar el pompero para mejorar la convivencia con los otros niños y niñas y llevar la paz al colegio.
Así, Luna se acercó al grupo de niños y niñas que estaban en el patio, donde todos se aislaban y despreciaban. Luna sopló el pompero con todas sus fuerzas y las burbujas mágicas empezaron a volar por el cielo. Algunas burbujas cayeron sobre los niños y niñas de distintas capacidades y otras se quedaron en el suelo. Al instante, los niños y niñas dejaron de estar enfadados y se sintieron curiosos por conocer a los demás. Se dieron cuenta de que la diversidad era una riqueza y que lo mejor era vivir en armonía.
Luna siguió soplando el pompero hasta que las burbujas llegaron a todos los rincones del colegio. Los niños y niñas salieron de sus clases y se saludaron con amabilidad. Se presentaron, se contaron sus historias, se enseñaron sus capacidades, se ayudaron en sus dificultades, se admiraron por sus talentos y se hicieron amigos. Los niños y niñas también jugaron juntos y se divirtieron mucho.
Luna fue la heroína del colegio, pues gracias a su pompero había conseguido la paz. Todos le agradecieron su gesto y le invitaron a jugar con ellos. Luna sonrió feliz y guardó el pompero en su bolsillo, por si algún día volvía a hacer falta.
Y así termina este cuento, que nos enseña que la paz es posible y que las burbujas mágicas pueden hacer milagros.
María Liébana Mazón.
